Soledad en el Paraíso: Cayo Santa María, Cuba

HAVANA TIMES – Cayo Santa María es un islote situado al norte de la provincia de Villa Clara, formando parte del archipiélago Jardines del Rey. Este Cayo esta conectado a la isla mediante un pedraplén (Carretera sobre el mar) de aproximadamente 48 km. Cayo Santa María es reconocido por sus playas de arenas blancas y aguas cristalinas, y forma parte de la Reserva de la Biosfera de la Bahía de Buenavista, declarada por la UNESCO.

La isla alberga varios resorts y es un destino importante en Cuba. Hace unos días visité el hotel Valentín Perla Blanca, un resort de lujo enclavado entre aguas cristalinas de un turquesa radiante y playas interminables de arena blanca. Un paraíso natural que parecía suspendido en el tiempo, inmune al caos del mundo exterior.

Sin embargo, algo era distinto. En un hotel diseñado para más de mil huéspedes, apenas cuarenta compartíamos el silencio. La soledad era palpable. El ala izquierda del edificio permanecía cerrada, evidencia silenciosa de una crisis mayor: la fuerte caída del turismo en Cuba.

La combinación de restricciones internacionales, crisis económica interna y la complejidad política han provocado una notable disminución de visitantes en una isla que durante décadas vivió del encanto de su hospitalidad caribeña.

La piscina de esta parte del hotel, antaño bulliciosa, ahora era un santuario de aves marinas que se bañaban como si les perteneciera. Una desolación hermosa, donde la soledad se hacía palpable y las gaviotas se convertían en las verdaderas protagonistas de este escenario surrealista.

No había buffet —innecesario con tan pocos huéspedes— pero eso no implicó una pérdida de calidad. La comida se servía a la carta en los restaurantes especializados, con platos elaborados y atención personalizada. Por las noches, el lobby bar se transformaba en un pequeño centro de vida social: pasarelas improvisadas, karaoke, música para bailar… una celebración sencilla, pero llena de alma.

Este fotoreportaje retrata un destino que sigue siendo mágico, aunque herido por la falta de visitantes. Un lugar donde la hospitalidad se vuelve aún más valiosa en tiempos de escasez, y donde la soledad revela tanto como la belleza.

Vea más fotorreportajes aquí en Havana Times.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

OSZAR »